Anales del Instituto de Investigaciones Est?ticas Anales del Instituto de Investigaciones Est?ticas Logo UNAM
Logo IIE
Volumen XXIV, número 81
otoño de 2002
Volumen XXIV, número 81 otoño de 2002, pp. 53-121, ils.
Helia Emma Bonilla Reyna
 
El Telégrafo y la introducción de la caricatura francesa
en la prensa mexicana
    Texto completo (PDF)    Regreso al índice
 
 
Resumen/Abstract
El Telégrafo fue una novedosa publicación con caricaturas que circuló entre 1852 y 1853, introduciendo en México de manera definitiva un tipo de gráfica que durante muchos años había tenido gran éxito en Francia (con artistas como Daumier, Vernier, Cham, Tràvies, Gavarni, Pigal, Phillipon, Doré, Monnier, etc.). Ello implica que su caricaturista H. Méndez, quien había pasado fugazmente por la Academia, fue el precursor, antes que Constantino Escalante, de un nuevo estilo más moderno y sintético, que se generalizaría hasta la década de los sesenta. La decisión de introducir en México la caricatura francesa se habría debido a Alfredo Bablot, el joven artífice de la revista, quien, siendo de origen galo, estaba al tanto de la vitalidad del género en Europa; los intereses de éste, por otra parte, determinarían a menudo la temática y el sentido de las caricaturas, en las que llegó a deslizar de manera sutil sus opiniones respecto a diversos aspectos de la realidad mexicana. Hay que destacar cómo este tipo de imágenes, con presencia efímera, pudieron contener cierto grado de complejidad que las haría inteligibles a quien estuviera inmerso en el lenguaje propio de la caricatura, pero también en el contexto político y cultural del México de esos años, y cómo, al margen de la dependencia clara de los modelos franceses, al ser adaptadas al acontecer político mexicano, cobraban nueva vida, poniendo en juego, al menos en ocasiones, alusiones ausentes en aquéllos. El Telégrafo, an innovatory publication with cartoons that circulated between 1852 and 1853, represented the definitive introduction into Mexico of a type of illustration that had long been extraordinarily successful in France (with artists such as Daumier, Vernier, Cham, Tràvies, Gavarni, Pigal, Phillipon, Doré, Monnier, etc.). Its caricaturist H. Méndez, who had passed fleetingly through the Academy, was thus the pioneer —antedating Constantino Escalante— of a more up-to-date and synthetic style, which was to become generalized during the decade of the 1860s. The decision to introduce the French cartoon into Mexico was probably due to Alfredo Bablot, the magazine’s young creator, who, being himself of French origin, was familiar with the vitality of the genre in Europe. Bablot’s interests were, in fact, often to determine the subject matter and the sense of the cartoons, in which he subtly managed to introduce his opinions regarding various aspects of the situation in Mexico. It is important to note how this kind of image of an essentially ephemeral nature could embrace a degree of complexity which makes them intelligible to anyone who is immersed in the peculiar language of the cartoon, but also to people familiar with the political and cultural context of the Mexico of those years; it is also striking how the adaptation of the political cartoon to Mexican political conditions —irrespective of its obvious dependence on French models— imbued in it new life with the incorporation, at least on occasions, of allusions lacking in the originals.
 
    Texto completo (PDF)    Regreso al índice  
 
 arriba     
  
 

DR© 2006. UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas
Versión electrónica: ISSN1870-3062
Versión impresa: ISSN 0185-1276