http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.2008.92.2259

Obras, documentos, noticias

 

Revista estadounidense para el consumo latinoamericano

 

Ramón Gutiérrez

 

Sorprendentemente, entre 1946 y 1949, hubo una revista de arquitectura realizada y editada en Nueva York en idioma castellano y dedicada específicamente al mercado de la construcción y la arquitectura en Latinoamérica.

Esta revista se llamaba Proyectos y Materiales1 y llevaba como subtítulo Revista Técnica de la Edificación. Su director era E. Wallace y el subdirector, E. Greatrex. Tal vez era hispano el redactor en jefe, Martín Herrera, quien escribía de modo habitual artículos, y el encargado de la publicidad, A. González, así como el de la dirección artística, Ramón Ferrer.

La sede inicial de la revista se hallaba en el 23 5-7 West 14th Street de Nueva York, donde se editaba una docena de números anuales que se distribuían en Latinoamérica, España, Filipinas y Marruecos a un costo de medio dólar el ejemplar. Es bastante claro que la revista era subsidiada, pues inclusive se entregaba una suscripción por tres años al precio de seis dólares, lo que con certeza no cubriría el franqueo postal de los 36 números prometidos.

La firma editorial era la "PyM Publishing Corporation" que por sus siglas parece haber sido formada específicamente para editar la revista. Los destinatarios de ella se señalaban explícitamente en el primer editorial: "Proyectos y Materiales, la Revista Técnica de la Edificación, desde Manhattan, corazón, cerebro y brazo de la Nueva York universal, se abre por primera vez a sus amigos, ingenieros, arquitectos, contratistas, técnicos y artífices de las naciones de habla hispana; saludos a todos."

Todo ello nos pone frente a un interesante proyecto de impulso de equipamientos para la construcción (sección a cargo de Albert Prat), materiales y diseños que las empresas y oficinas estadounidenses buscaban introducir en el resto del continente.2

Es evidente que el periodo inmediatamente posterior a la guerra mundial fue un momento propicio por la euforia de los triunfadores y la transferencia directa de capitales y servicios que generó el Plan Marshall en la reconstrucción europea. También es cierto que la preocupación por la arquitectura latinoamericana había comenzado un tiempo antes cuando el Metropolitan Museum of Modern Art (MET) de Nueva York concretó la exposición "Brazil builds. Architecture New and Old. 1652-1942".

Esta muestra debió realizarse como estrategia para convencer a Brasil de que participase activamente en la guerra mundial del lado de los aliados, presión que se ejercía en esa época sobre diversos países de Sudamérica. La exposición, que fue todo un éxito, reforzó el lanzamiento de la arquitectura moderna brasileña iniciada por Sartoris y motivó sucesivas reediciones de un catálogo bilingüe donde se disfruta el texto de Philip L. Goodwin y las notables fotografías de George Everard Kidder Smith, uno de los más importantes fotógrafos de arquitectura de nuestra época.3

En este contexto, podemos valorar el esfuerzo de Proyectos y Materiales como una manera de influir directamente en las "naciones hispanas", como declara el editorial "Nosotros" del número de enero de 1947. Ese mismo editorial indica el cambio del eje europeo a Estados Unidos. En efecto, durante la primera mitad del siglo XX la imagen ideal de la ciudad se asoció a París. Entonces, la revista proponía "esta nueva era tiene también su capital: Nueva York", a la que además consideraba "Capital universal".4

Era "el Nueva York cosmopolita" el que habría de convertirse en "Capital provisional de las Naciones Unidas" y el que, después de la guerra, se encauzaría paulatinamente "por los senderos de la normalidad febril que distingue la fuerza productiva y comercial del país". En 1947, aquella metrópoli ofrecía construir un "Capitolio universal" y para ello designaba a un conjunto de diseñadores, entre los que se contaban W. Harrison, L. Skidmore y Louis Ferris. Finalmente, en terrenos donados por John Rockefeller, se levantaría la sede de las Naciones Unidas.

La inserción de la revista parece haber sido interesante a pesar de que hoy sus números sean inhallables en las principales bibliotecas de Latinoamérica y Estados Unidos.5 La revista informa que ha enviado, en julio de 1946, "cinco mil cuestionarios de los que hasta ahora (seis meses más tarde) nos han sido devueltos 1 250, todos contestando favorablemente nuestra encuesta". La consulta tenía como objetivo conocer si una publicación que pretendía "presentar los métodos y materiales de la construcción norteamericana" sería aceptada en este otro medio. El segundo propósito del sondeo era, una vez que se tuvieran las observaciones, "poder modelar la revista dándole contenido y formato de acuerdo con los gustos que caracterizan la raza" (sic).

Aclaraban también que "los fabricantes de materiales para la construcción no piensan solamente en el mercado nacional, porque, a decir verdad, todo nuestro hemisferio forma parte de un inmenso mercado a surtir".

Con esta idea, la revista selecciona unos escasos proyectos que se presentan entre el cúmulo de noticias sobre nuevos materiales industriales y sus proveedores. Tales proyectos también son interesantes, pues a veces se relacionan con obras como una joyería realizada por el entonces ignoto "arquitecto hispano-americano" José Fernández, de quien no se indica de dónde proviene y en qué lugar hace este diseño al parecer destinado a promover el uso de grandes superficies acristaladas.6 También se presenta un proyecto titulado "El modernismo en Panamá", relativo al Hotel El Panamá, realizado por la firma Edward D. Stone Asociados (en febrero de 1947), el mismo grupo de diseñadores que, años después, crearían el Museo de Arte de la ciudad de Ponce, en Puerto Rico.

El proyecto de Stone, según la revista, considera las condiciones climatológicas del lugar y ello denota "los vastos conocimientos del arquitecto norteamericano al transigir con las formas monolíticas de las construcciones neoyorquinas, para adaptarse al ambiente tropical de Centro América".

Cuando aparece algún artículo sudamericano, los resultados no son demasiado afortunados. Así, el arquitecto Lázaro Costa de Perú informa que, durante la Colonia, "los arquitectos que llegaron a Lima fueron sevillanos, gaditanos y cordobeses, saturados de arquitectura mora". De aquí en adelante podemos imaginar cómo desbarra nuestro creativo corresponsal, a quien la revista considera un "escritor de pluma ágil" (y, sin duda, ligera), que amenaza a los lectores con editar tres libros sobre carpintería.

La tónica de la revista parece haber cambiado un poco en 1949 con la dirección de Martín Herrera. Ya no se trata sólo de los artículos sobre paredes vidriadas, plexiglás, luz cenital, tuberías aislantes, variedades de cementos, difusores de aire, elevadores y máquinas de construcción, pues aparecen también noticias sobre algunas otras cosas de interés. Por ejemplo se promueven las ediciones castellanas de la Architectural Printing Co. de Nueva York, cuya sede es, curiosamente, la misma que la de la PyM Publishing Company: 655 6th Avenue, Nueva York.

La revista se llamaría ahora Proyectos y Materiales Magazine, y se eliminaría así el subtítulo de la etapa anterior. Sin embargo, la tapa del número de marzo-abril de 1949 insiste en presentarnos la visión megalomaniaca de una "Captación de luz solar para el rascacielo de la Capital universal..."

En estos números ya descuella la presencia del "asesor de arquitectura", el puertorriqueño José A. Fernández, quien realiza en la isla, en calidad de representante de la PyM una disertación sobre "Arquitectura comercial" (Specialty Shop). Los arquitectos e ingenieros que organizaron estas jornadas en el Instituto de Arquitectos de Puerto Rico fueron Santiago Iglesias, Rafael Picó y Frank Martocci. Los dos últimos ya habían montado con anterioridad, en Nueva York, una exposición de la Junta de Urbanización de Puerto Rico donde se incluían varios proyectos que serían publicados en la revista.

El número de julio y agosto de 1949 se dedicó especialmente a Santo Domingo y Puerto Rico con el título de Colaboración antillana, aunque la nota editorial se refería a "El momento arquitectónico en los Estados Unidos de América. Impresiones de un arquitecto uruguayo", y la había escrito Mario Payssé Reyes.

La revista tenía dos secciones. Incluía en la parte dominicana una biografía de Guillermo González, un reportaje antillano de Martín Herrera, otro sobre "La construcción en Santo Domingo" de Albert Prat, obras de Antonio Ocaña, Caro Álvarez y R. Valdés en la Ciudad Universitaria, además de un conjunto de obras de González que dominó el panorama de la arquitectura del país durante la dictadura de Trujillo.

En el espacio dedicado al "Progreso de la construcción en Puerto Rico", hay una nota del gobernador Muñoz Marín "A los lectores de PyM", un reportaje de Herrera y obras de Ángel Avilés, Henry Klumb (incluidos pabellones de la Universidad de Río Piedras), Santi y Del Manzano, Castro y Hardesty, y O'Kelly y Méndez. Hay también varios artículos de interés, como los de "La función y su belleza", de Horacio V. Burkhardt, proyectista de la nueva Iglesia de San Germán, el de "Rehabilitación urbana" de Frank Martocci y el de "Planificación en Puerto Rico" de Rafael Picó.7 La revista culminaba con la optimista visión modernista de Santiago Iglesias en su "Futurama" y la dura realidad de la marginalidad testimoniada en la "Construcción clandestina" y relatada por el ingeniero Héctor Deliz.

En este momento la revista se hallaba en manos de un grupo más claramente hispano, ya que, aparte de la dirección de Herrera, figuraban como redactores David Valdés y Arturo Costales, y como asesor José A. Fernández. Fue entonces cuando el Departamento de Estado adscribió la revista a las embajadas y a los consulados de Estados Unidos en los países de Hispanoamérica, mientras que la empresa General Motors colaboró económicamente para la edición especial dedicada al mundo antillano. Con optimismo, la dirección consideraba que, "asegurado el porvenir de nuestra revista", era la hora de afianzar el nexo "para el intercambio profesional entre el mundo de la construcción de las dos Américas".

Sin embargo, a finales de ese año Proyectos y Materiales concluiría su trayectoria sin haber logrado consolidar una base de publicidad comercial que la hubiera hecho sustentable en el contexto hispanoamericano. Un aviso de la firma Lorenzutti de Argentina y apoyos específicos de empresas de Puerto Rico para el número monográfico aparecen como los logros en este campo que, intuimos, puede haber sido la causa del cese del proyecto.

Esperamos que la accesibilidad al conjunto de los números editados por esta revista nos permita comprender con mayor precisión los objetivos y presupuestos que justificaron este esfuerzo editorial.

 

Nota

1. La revista se editó por primera vez en febrero de 1946 y tenemos la certeza de que siguió publicándose hasta finales de 1949. Con la colaboración de la bibliotecaria Mirta Colón, de la Nueva Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico, rastreamos su existencia. Jeffrey J. Ross, de la Columbia University, quien nos ayudó en la búsqueda, nos informó que la Avery Library, probablemente la biblioteca de arquitectura más importante del mundo, sólo tenía dos números de 1949. La Biblioteca del Congreso en Washington posee algún volumen y lo propio la Rutgers University (un solo ejemplar). Parecería que la colección más completa se encuentra en la Universidad de Illinois en Champaign-Urbana, donde podría estar completa. Ross comenta: "perhaps the only in the US" ("probablemente la única en EU"), y agrega: "Clearly, this is a fairly obscure periodical" ("Claramente, ésta es una revista bastante oscura") (correo electrónico para Mirta Colón, 31 de enero de 2001). Suponemos que la colección completa puede oscilar entre 35 y 47 números, ya que apareció en 1946 como publicación bimensual y no sabemos si ello continuó después.

2. Podemos señalar como antecedente la revista Atlas, editada en castellano por The Atlas Portland Cement Company de Nueva York desde 1921 hasta 1925. Ese periódico incluía publicidad de Cementos "San Martín", de Argentina.

3. Puede verse con interés el trabajo de Kidder Smith relativo a otras exposiciones del Museum of Modern Art (moma) y, entre otros, su libro Looking at Architecture, Nueva York, Harry N. Abrams, 1990.

4. Editorial "Nosotros", en Proyectos y Materiales, año II, núm. 1, Nueva York, enero de 1947. Corresponde a la transcripción de la editorial del núm. 1, febrero de 1946.

5. Véanse nuestras referencias en la nota 1. Hemos revisado las principales bibliotecas de facultades de arquitectura y la revista no aparece ni en Argentina ni en Uruguay ni en Chile. Tampoco en Brasil ni en Santo Domingo o Puerto Rico, que serían los destinatarios más directos de su mercado. Los ejemplares que se encuentran en el cedodal pertenecían a la biblioteca del arquitecto Martín Noel.

6. José Fernández realizará después un libro que sería el primero en difundir la arquitectura moderna de Puerto Rico: Architecture in Puerto Rico, Nueva York, Architecture Book, 1965. La revista PyM incluye una caricatura suya.

7. Véase Rafael Picó, Puerto Rico: planificación y acción, San Juan, Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico, 1962. Esta publicación desempeñó un importante papel en la génesis de la Sociedad Interamericana de Planificación (SIAP) que llegó a presidir.