Resumen
Este artículo llama la atención sobre la importancia de los retablos para el culto eucarístico. El caso que se analizará es el retablo de san Francisco Javier en el templo del noviciado jesuita de Tepotzotlán, hoy Museo Nacional del Virreinato. El manifestador de ese retablo —la exposición de la hostia consagrada— tiene una pintura de la Virgen de Guadalupe, que se ocultaba y desaparecía cuando la Eucaristía se manifestaba. Este artículo discute la posibilidad que el ángel a los pies de la Guadalupana haya sido identificado con el arcángel Miguel.