

















Este artículo se centra en el papel que desempeñó el escudo de armas de la Ciudad de México como segundo cuerpo de la ciudad y de su cabildo secular entre 1523 y 1629. Tras analizar las circunstancias en las que se produjo la concesión del escudo en 1523 y los significados de éste, el artículo aborda el uso y función de las armas cívicas y los diferentes contextos en los que era empleado por el cabildo secular. Todo ello muestra cómo la heráldica constituyó, para las autoridades municipales de la Ciudad de México, una poderosa herramienta de representación que, además de proyectar su concepción de México como ciudad conquistada y de conquistadores, dotaba a la colectividad mexicana de un cuerpo místico y trascendente que hacía de la ciudad una realidad eterna.