Resumen
La iglesia de Santa María de Cuevas, antigua misión jesuita en la Baja Tarahumara, estaba terminada en 1700. Parte importante de su adorno interior es un techo, o entablado, pintado, único en su género conservado en México. La revisión de la historia del templo lo sitúa dentro de la historia de la arquitectura de la región, en una época de crecimiento y ambiciones constructivas compartidas por colonos y jesuitas. Aunque la pérdida de evidencia y la carencia de estudios dificultan alcanzar resultados contundentes en cuanto a la identificación precisa de la tipología estructural del entablado, ciertos rasgos iconográficos lo relacionan con tradiciones de decoración arquitectónica que llegaron a la Nueva España en el siglo xvi y que, evidentemente, se extendieron hasta regiones marginales del virreinato donde todavía se conservan sus restos. Por otra parte, el examen de la iconografía de la decoración de la iglesia de Santa María en su conjunto revela la posible existencia de un programa que abarcaba todo el edificio, tanto la portada como el interior.Descargas
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