Resumen
En el programa general de la XIX Olimpiada celebrada en México en 1968, la arquitectura tuvo un lugar fundamental. Los edificios levantados ex profesopara los primeros Juegos Olímpicos realizados en Iberoamérica marcaron una impronta en el desarrollo de la arquitectura moderna mexicana. Su propuesta arquitectónica de notable visibilidad ocupó la atención de los medios de manera preponderante. Conforme a ese programa, se construyó una arquitectura ficcional atenta a los requerimientos de las imágenes del espectáculo. Se sumó a esas edificaciones de considerable impacto urbano una extensa campaña deportiva desplegada en toda la ciudad de México, cuyo diseño representaba una renovación integral en cuanto a imagen publicitaria se refiere. Tomado como referente para comprender la historia contemporánea del país, 1968 representa la activación de diferentes pautas a seguir en el diseño de arquitectura y de información gráfica. Todo ello situado en un año de convulsión social, donde las contradicciones culturales se trasladaron al terreno de las imágenes.
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