Abstract
En el siglo xvi novohispano, la celebración de algunas fiestas cristianas,
sobre todo Semana Santa y Corpus Christi, alcanzó una complejidad que nunca
tuvieron los ritos dramáticos españoles de la baja Edad Media. Teatro,
arquitectura y escultura fueron empleados por las órdenes mendicantes y por
las cofradías vinculadas a ellas, con el propósito de reforzar la
catequesis de los indios. La pintura mural, por su parte, funcionó a la vez
como crónica de tales celebraciones y como prontuario para su
representación, como lo muestra este análisis de los murales franciscanos
de Huejotzingo.
Downloads
Download data is not yet available.