Abstract
En su temprana arquitectura doméstica, Oscar Niemeyer siguió las huellas de Le Corbusier para “monumentalizar lo vernáculo” y crear una arquitectura que sintetiza el modernismo y lo brasileño. En su trabajo más reciente encontramos un proceso más agresivo: la manipulación de las tradiciones populares para los propósitos ideológicos del populismo. Niemeyer ha transformado el ritual del carnaval al crear un espacio único, el “Sambódromo”, para su celebración. La institucionalización del desfile en un rígido contexto arquitectónico implica una restructuración demagógica de la fiesta popular.Downloads
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