Resumen
Entre agosto de 1929 y mayo de 1930, Diego Rivera estuvo al frente de la institución sucesora de la Academia de San Carlos. Su presunta modernización proletarizante y vanguardista, así como el supuesto coservadurismo de sus oponentes, son analizados con base en una documentación nunca antes empleada, gracias a la cual es posible advertir las paradojas latentes en uno y otro proyectos educativos. Asimismo, queda de manifiesto el vínculo entre la ideología del maximato y el pensamiento estético de Rivera, el cual debería a aquélla más de lo que hasta ahora se ha pensado.Descargas
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