Resumen
Las misiones jesuitas de la Sierra de Nayarit representan la última obra fundacional, y la de más breve permanencia, de la Compañía de Jesús en la Nueva España. Con la toma del sitio llamado La Mesa del Tonati, en 1722, en el corazón del Nayar, se conquista el único reducto que permanecía fuera de todo control, tanto religioso como político y militar, en el siglo xviii. Con ello se inicia la obra misional de los jesuitas en esa indómita serranía, que se vio truncada en 1768 tras la abrupta expulsión. Este estudio revisa los orígenes y el desarrollo de esas fundaciones, las cuales estuvieron regidas por la presencia de dos instituciones virreinales: la misión y el presidio, sistemas de control y defensa de las tierras colonizadas, medios probados un siglo atrás en las misiones de Baja California, Sonora y Sinaloa. A la vez, se analiza la modesta arquitectura que se desarrolló allí y se señalan las enormes dificultades con que se toparon los misioneros constructores ante la carencia de materiales adecuados para edificar –canteras, maderas o buena tierra para elaborar adobe-, donde, paradójicamente, sorprende saber que hubo retablos tallados en piedra y en madera. Se destacan los bienes decorativos y artísticos que tuvieron —aun dentro de su pobreza— las iglesias misionales, por estar anotados en inventarios y relaciones de la época, y, por otro lado, se señala el actual estado de conservación de su arquitectura, y la pérdida —o permanencia— de sus bienes. Asimismo se revisan escritos y crónicas de época, que ahora son testimonios únicos de lo perdido y del trabajo emprendido en esa región, y se destaca la labor desarrollada por el misionero Joseph de Ortega.Descargas
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